Desarrollo Humano, Etapas Fundamentales

 



Los cuatro pilares son etapas fundamentales en el desarrollo humano. Cada una de estas etapas tiene características y aspectos específicos que contribuyen al crecimiento integral de una persona. Estos Pilares son:

 


Libro 

 

Nacimiento: Es el punto donde el reino perinatal se expresa a través de la vida humana, marcado por el momento en que un individuo entra al mundo terrenal y abandona el mundo gestacional. Muere por milésimas de segundos pasando de un ambiente acuático y obscuro a uno completamente seco e iluminado. Nace a un medio ambiente completamente diferente dejando su estado de desarrollo primario, lleno de emociones y cambios significativos para iniciar sus nuevas experiencias. Es un período crucial en el que se establecen las bases físicas y biológicas de la existencia. Durante esta etapa, se establece el vínculo con los padres y se consolidan las experiencias prenatales enlazándolas con las nuevas vivencias que experimentará con los sentidos y las interacciones con el entorno. El desarrollo humano tiene una historia prenatal que es la base del comportamiento y el éxito de ese ser humano que inicia su vida dentro del seno familiar.

 

Infancia: Esta etapa abarca desde el nacimiento hasta aproximadamente los 12 años. Es un período de rápido crecimiento físico, cognitivo y emocional. Durante la infancia, los niños desarrollan habilidades motoras, aprenden a comunicarse, exploran el mundo que los rodea y establecen relaciones sociales fundamentales. La influencia de los padres y cuidadores es crucial para su desarrollo emocional y psicológico.

 

Adolescencia: Esta etapa se sitúa entre la infancia y la edad adulta, generalmente desde los 12 hasta los 18 años, aunque las edades exactas pueden variar. Es un período de transición caracterizado por cambios físicos, hormonales y psicológicos significativos. Los adolescentes buscan su identidad, exploran su independencia, enfrentan desafíos en la formación de su autoconcepto y comienzan a establecer relaciones más maduras con sus pares y figuras de autoridad. (Libro)

 



La guerra hormonal experimentada por un niño durante la pubertad y la adolescencia puede ser descrita como un tumulto de cambios físicos, emocionales y psicológicos impulsados por el aumento de hormonas en su cuerpo. Durante este período de transición, el cuerpo del niño experimenta un aumento significativo en la producción de hormonas sexuales, como la testosterona en los niños, y estrógeno y progesterona en las niñas. Estos cambios hormonales pueden manifestarse de diversas maneras:

 

·      Cambios físicos: Los niños pueden experimentar un crecimiento acelerado en estatura, desarrollo muscular, cambios en la voz, crecimiento de vello facial y corporal, así como el desarrollo de órganos sexuales secundarios. En las niñas, se observan cambios en el desarrollo de los senos, crecimiento del vello púbico y axilar, y la primera menstruación.

 

·      Cambios emocionales: La fluctuación hormonal puede provocar cambios en el estado de ánimo, incluyendo irritabilidad, cambios repentinos en el humor, sensibilidad emocional y susceptibilidad a la ansiedad y la depresión. Los adolescentes pueden experimentar una intensificación de sus emociones y una mayor dificultad para regularlas.

 

·      Cambios psicológicos: Durante la pubertad, los adolescentes pueden experimentar una búsqueda de identidad más intensa, cuestionamientos sobre su lugar en el mundo, y una mayor tendencia a desafiar la autoridad y explorar límites. También pueden surgir nuevas preocupaciones sobre la atracción sexual, las relaciones románticas y la autoimagen.

 

·      Desarrollo sexual: La guerra hormonal también marca el despertar de la sexualidad. Los adolescentes pueden experimentar un aumento de la libido y el interés en la intimidad física, así como confusión y ansiedad sobre su orientación sexual y la presión social relacionada con la sexualidad. La guerra hormonal que enfrentan los niños durante la pubertad y la adolescencia es un proceso complejo y desafiante que involucra una serie de cambios físicos, emocionales y psicológicos que marcan la transición hacia la adultez. Es importante que los adolescentes reciban apoyo y comprensión durante este período de cambio para ayudarles a navegar por los desafíos que enfrentan.

 

·      Búsqueda de identidad: Los adolescentes están en un proceso de descubrimiento y definición de quiénes son. Pueden experimentar con diferentes estilos de vestir, intereses, grupos sociales y valores mientras intentan encontrar su lugar en el mundo. Este proceso puede generar confusión y conflictos internos a medida que intentan reconciliar sus deseos individuales con las expectativas sociales y familiares.

 

·      Mayor independencia y autonomía: A medida que los adolescentes se alejan de la infancia, buscan más autonomía y libertad para tomar decisiones por sí mismos. Pueden desafiar las reglas establecidas por los adultos y buscar oportunidades para explorar el mundo por sí mismos. Sin embargo, esta búsqueda de independencia puede generar tensiones con los padres y otras figuras de autoridad.

 

·      Peligro de comportamientos de riesgo: Algunos adolescentes pueden participar en comportamientos arriesgados o impulsivos, como consumo de alcohol, tabaco, drogas, conductas sexuales arriesgadas o conducir de manera imprudente. Estos comportamientos pueden ser impulsados por la búsqueda de emociones fuertes, la presión de grupo o la necesidad de afirmar su independencia.

 

Es importante reconocer que durante el desarrollo humano, las características de los adolescentes pueden ser diversas y que cada individuo experimentará esta etapa de manera única. Los adultos que interactúan con adolescentes, ya sean padres, maestros o mentores, deben mostrar comprensión, paciencia y apoyo durante este período de cambios y crecimiento.

 



Edad adulta: Esta etapa sigue a la adolescencia y se extiende hasta la vejez. Es un período en el que las personas asumen roles más definidos en la sociedad, como el trabajo, la familia y las responsabilidades financieras. La edad adulta también implica un continuo desarrollo personal y profesional, así como la consolidación de valores y creencias. Esta etapa puede subdividirse en subetapas, como la juventud temprana, la edad media y la edad adulta tardía, cada una con sus propias características y desafíos.

 

Estos cuatro pilares del ser representan hitos importantes en el viaje de la vida de un individuo, cada uno contribuyendo de manera única al desarrollo y la formación de la identidad personal. Recuerda que cuando tú educas a tus hijos ellos aprenden y tú también.

Gracias por estar aquí, por comentar, compartir y preguntar. Yo soy Zelidéh López y es un placer compartir contigo.  

 


 

 

 

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