Nació con Sufrimiento Fetal

AHORA QUE...





            Alex nació con sufrimiento fetal. ¿Qué sigue?

            La ignorancia es la madre de los desastres. Eso fue lo que le provoque a Alex, un verdadero desastre. Alex necesitaba un parto sónico y yo ignoraba que existía la posibilidad de mejorar la vida de mi bebé desde el mismo momento en que nació. Peor aún, Alex tuvo un embarazo difícil y no planeado. Muy amada desde el principio, pero carente de muchas otras cosas porque no era una madre informada y la cultura en la que crecí ve el embarazo como una enfermedad. Por lo menos así lo tratan los doctores. Te hacen ver que el problema, cualquiera que sea, nacerá en 9 meses o menos, dependerá mucho de ti. ¡“MENTIRA”!

¡Claro que depende de ti! Pero no te dicen lo importante que es estar tranquila. Bueno, que ocurrió con Alex. Alex es el tercer hijo, el más pequeño y el que me ha enseñado más que ninguno ha ser madre. Ya te contaré de los otros dos, que también fueron el producto de una mala madre e ignorante. 

Supe desde el primer momento que estaba embarazada, aunque no fue planeado, siempre quise ser mamá así que era una lida sorpresa y un regalo de Dios. En cuanto pude fui a ver a mi ginecólogo, el único en el confiaba porque con mi hijo de en medio me pasaron cosas horribles, pero como te dije ya te contaré. 

A los 5 meses Alex decidió acomodarse para nacer. Los problemas de salud que eso generó fueron terribles. Cada semana tenía que ir al doctor para que cerrara el conducto vaginal con químicos para no dilatar y acomodar, lo más posible al bebé porque ya estaba coronando. Eso fue muy doloroso e incómodo.

Tenía dolor todo el tiempo y estaba cuidando de mis otros hijos Luis de 1 año y medio y Jomy de 7 años y medio. La casa y un esposo que sólo se dedicaba a trabajar. En esa época y ahora, no tenía familia en la que pudiera confiar para que me ayudara. Estaba, de alguna manera, completamente sola. Tenía que salir adelante pasara lo que pasara. Los niños tenían que comer, bañarse, Jomy ir a la escuela, hacer tarea, etc. La lavada no esperaba y la cocina mucho menos. Así que con dolor e incomodidad mi embarazo seguía adelante. El miedo de perder a Alex me aterraba y al mismo tiempo ya necesitaba que naciera. 

El estrés y el cortisol ya estaban haciendo mella en el desarrollo cognitivo y nervioso de mi bebé. Por supuesto que no lo sabía. En una ocasión me sentía tan mal que llame a mi hermana. Llego dos horas después y me dijo.

Hola manita cómo te sientes… oye te voy a dejar a Benjamín (su hijo de dos años) un momento, no me tardo y vengo a ver en que te ayudo… y se fue. Crying face with solid fill con relleno sólido Que te digo, esa hermana me ha hecho cosas terribles y todo lo resuelve pidiendo perdón. En fin, esa es otra historia. Regresamos con Alex. Mi vecina se dio cuenta y subió por Luis y Jomy. Benjamín se quedó conmigo y yo no podía ni pararme. Mi hermana llegó seis horas después…

Cuando tenía 31 semanas me empecé a sentir mucho peor, aguante hasta a las 31 pero ese día llamé al doctor le describí mis síntomas y me mando de urgencia al hospital. Dos horas después estaba naciendo Alex con sufrimiento fetal. Lo presioné tanto para nacer que él hizo todo lo posible por hacer lo que mamá deseaba. La epidural no me hizo efecto y sentí cuando cortaron el hueso del pubis para sacar la cabeza de Alex. Me reventé los labios con los dientes. Cuando el doctor se dio cuenta, le dijo al anestesiólogo y él contestó “no es posible es psicológico ella no siente dolor”.  Mis lágrimas rodaban en silencio orando por la vida de Alex. Finalmente, me lo mostraron. Alex era de color azul oscuro, casi violeta. Lo único que hice fue contarle los dedos de los pies y las manos. ¡” que estupidez”! Pero fue lo único que se me ocurrió hacer antes de que se lo llevaran. Mamá ni siquiera lo toco, le hablo, lo beso o le dijo algo bello. Y no es que no lo sintiera, estaba aterrada. 

El anestesiólogo no me trato bien y el doctor estaba más preocupado por todo lo que estaba ocurriendo en su sala de operaciones que de mi salud mental. Cuando Alex nació lo único que quería era dormir. Desperté ya en mi en cuarto. Cuando abrí los ojos una monja estaba a mi lado. 

“Señora lo que hizo va en contra de la voluntad de Dios. Se va a quemar en el infierno. Usted no tiene el poder de decir si tiene más hijos o no”. 

No sabía de qué hablaba, ni porque me regañaba. Estaba más dormida que despierta. Sola, para no variar. Mi esposo tenía la responsabilidad de su trabajo, porque los niños los dejó con mi suegra. Unas horas después llego el pediatra y me dijo…

“Su hijo viene como cañón. A pesar de haber nacido con sufrimiento fetal, ya respira bien y el color azul desapareció, algo que ocurre en días a su bebé le paso en horas, la felicito. Todo irá bien”. 

No volví a ver al pediatra. Pero su información me dio fuerzas para levantarme e ir al cunero a ver a Alex. Lo cargué y pedí permiso para darle el calostro que ya salía de mi pecho. La enfermera me dijo que Alex tenía dificultad para deglutir, que le pusiera el calostro como gotitas nada más. Ya aparecía el segundo problema, el bebé no tenía la capacidad de tragar y deglutir. ¿Ahora qué? Pregunté.

Tenga fe, todo saldrá bien. Baya a su cuarto a descansar y regrese en dos horas para darle otras gotas de calostro, eso lo ayudará”. 

Mamá, la fe ayuda, pero no resuelve. Alex seguía sin su parto sónico, sin que mamá hablara con él y le dijera que todo va a estar bien. Mamá lo dejó sólo en una cuna sin compañía cuando el bebé lo que necesitaba era el calor de mamá. Esa práctica de los hospitales es una estupidez. El bebé debe estar contigo desde que nace. No en un cunero. Alex salió de la incubadora muy rápido y desde ese momento debí tenerlo. Pero el debí no resuelve nada. 

Las consecuencias fueron enfermedad tras enfermedad. Alex tuvo todas las enfermedades infantiles multiplicadas por dos. Bajo peso hasta hoy. Problemas con sus reflejos y desarrollo motriz grueso. Y ni te comentó de las dificultades emocionales porque ocuparía todo un libro para hablarte de todo eso. Mejor lo dejo como una historia más de este blog que tiene la intención de ayudarte con la crianza y el desarrollo sano de tus bebés.

Hasta la próxima. 

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente